11/28/2006

Los cívicos anuncian paro en ocho departamentos

Si hasta el viernes el MAS no acepta los dos tercios como sistema de votación en la Asamblea Constituyente, habrá un paro cívico nacional. Así, entre estallidos de petardos y piedras en el techo, los representantes de los comités cívicos de Beni, Cochabamba, Chuquisaca, La Paz, Oruro, Pando, Tarija y Santa Cruz, reunidos en la capital cochabambina, definieron dar un ultimátum al Gobierno sobre la Constituyente, antes de asumir otras medidas de hecho.
A ello se suma que hoy masificarán los piquetes de huelga de hambre en todo el país y si el paro no surte efecto, los dirigentes cívicos iniciarán el ayuno voluntario desde el lunes.

Ésas no serán las únicas medidas. Las marchas de mañana en Tarija y del jueves en Cochabamba se mantienen como una demostración de apego popular de ambos movimientos cívicos. Además, el cívico beniano, Alberto Melgar, adelantó que los ganaderos de su departamento y de Pando han decidido no enviar más carne al occidente hasta que el MAS revise su posición.
Sin embargo, las medidas de Beni, Cochabamba, Pando y Tarija no entraron en el documento oficial, lo cual descolocó a los prefectos que en su declaración, a las 20:00, se adhirieron esta determinación.

La jornada de ayer estuvo marcada por tensión dentro y fuera de las mesas de negociación. A las 9:00 ya se había registrado el primer incidente en Cochabamba, cuando un grupo de simpatizantes del prefecto Manfred Reyes Villa se enfrentó con una treintena de militantes masistas que comenzaba el anunciado cerco a las reuniones de cívicos y de prefectos. El enfrentamiento se saldó con la intervención policial, que separó a los bandos y expulsó a los partidarios de Reyes Villa para evitar más peleas.
A las 10:00, cuando los cívicos lograron instalar su reunión en la sede de la Cámara de la Construcción de Cochabamba, los masistas en la plaza bordeaban los 1.000 militantes. Regresaron armados con afilados mástiles de banderas, tomates, huevos y globos con pintura roja para manchar las fachadas de los edificios oficiales.

Desde la sede de la Federación de Trabajadores Fabriles de Cochabamba, el mismo edificio desde el que se dirigió la Guerra del Agua, parlamentarios del MAS, afiliados a la Federación de Regantes, dirigían las protestas. Desde abajo, gritaban consignas y discursos contra los prefectos y los cívicos, a quienes calificaban como vende patria. Incluso se animaron a pedir pena de muerte para los opositores a Evo, pero fueron más los que exigieron la renuncia de Reyes Villa y pedían al Presidente que lo cambie por un campesino.
También gritaban consignas contra la autonomía, a la que hacían sinónimo de separatismo y a los habitantes de los cuatro departamentos donde ganó el Sí los tildaron de latifundistas.

Si fuera la situación era difícil, dentro de la reunión cívica el panorama no pintaba diferente. Cualquier propuesta que era puesta sobre la mesa era rechazada o al menos ‘diluida’ por el representante paceño, Jorge Ríos. Ante el intento de medidas inmediatas de alto impacto, propuso y consiguió un plazo de tres días para negociar con el Gobierno. Además, tomó la representación de los cívicos ante la Presidencia de la República, al menos hasta el viernes.
Sin embargo, no logró quitar de la resolución el apoyo a los resultados del referéndum autonómico (argumentó que no estaba de acuerdo con el tipo de autonomía propuesto), ni quitar al partido de Gobierno en el repudio a las presiones recibidas por los cívicos.
A ello se sumó la intuición de que el paro nacional en realidad significa paro cívico en Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz, los únicos distritos que cuentan con un Comité fuerte, como para hacer cumplir la medida. Es por eso que John Cava, cívico chuquisaqueño, sugirió que se dejara abierta la posibilidad de que se puedan asumir otras medidas en vez del paro.

Justo en el momento en el que los cívicos terminaron su redacción, los policías desalojaron a los regantes que los esperaban. Los que huyeron llegaron a la plaza a reforzar el cerco a los prefectos y cuando los efectivos fueron rebasados hicieron uso del carro antimotines Neptuno y dispersaron a los masistas por una hora.
Adentro de la Prefectura, las autoridades departamentales de Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Beni y Pando tenían ya suficiente con sus disensos hasta que se enteraron de que el prefecto paceño, José Luis Paredes, se había desmarcado.
Al final, en su resolución los prefectos decidieron enjuiciar a quienes lo cercaron y aumentaron ‘las medidas que sean necesarias’, al manifiesto cívico. Eso, según lo dicho por el prefecto cruceño, Rubén Costas, por la mañana, podría significar autonomía de facto.

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