La tarde del 24 de febrero de 2007, patrocinado por el Comité pro Santa Cruz, se llevó adelante en el Parque Urbano el Primer Día de la Integración Cruceña. En él se mostraron danzas típicas, músicas, comidas y vestimentas de las provincias cruceñas, de los departamentos de Bolivia y de los integrantes de la comunidad internacional que viven con nosotros. Fue una fiesta espectacular.
Este evento mostró el orgullo que en Santa Cruz sentimos por ser una sociedad formada por personas de todos los confines del país y del mundo en busca de la tierra prometida. Mostró el orgullo que tenemos de ser un pueblo mestizo e incluyente. En esta tierra grigotana todas las razas nos hemos fundido en una nueva cultura, que sobre la base de la cultura camba aparece hoy con personalidad propia. No somos copia de nadie. Somos una cultura auténtica, mezcla de lo local y de lo global, provinciana y universal al mismo tiempo.
No miremos con rencor el pasado. Miremos con esperanza el futuro. Germán Antelo decía en su discurso: “Los cruceños somos orgullosos de ser una cultura mestiza. Ésa es sin duda nuestra principal fortaleza”.Ese principio fue expresado en el manifiesto Institucionalidad cruceña consensúa una nueva Bolivia, documento presentado en la plaza principal 24 de Septiembre el 1 de octubre de 2003. En el punto 14 decía: “Somos orgullosos de ser una nación mestiza. Nuestra fuerza deriva del vigor del viejo y el nuevo mundo. Somos orgullosos de que por nuestras venas corra sangre nativa como también de otras latitudes. Con todos ellos, el hombre de los llanos comparte un mismo deseo de superación y progreso”.
Continuaba Antelo: “Mencionábamos también el 15 de enero de 2006, en la concentración de la ciudadela Andrés Ibáñez, parafraseando a Álvaro Mutis: ‘Uno no es necesariamente de donde nace, ése es un acto puramente mecánico, uno es de donde la tierra lo llama y uno, gustoso, acepta su llamado. Los cruceños somos una cultura, no una raza. Las razas pertenecen al pasado, las culturas al futuro. Las razas separan, las culturas unen”. Esta realidad cruceña debe ser ejemplo para la nueva Bolivia que quiere ser construida. Sólo así aceptemos el nuevo pacto social que se gesta en la Asamblea Constituyente.
Sólo con esta integración fraterna y los valores universales de libertad, democracia, autonomía y desarrollo sostenible aceptaremos ser parte de la ‘tercera República’. Estos valores son innegociables. Nuestros líderes sufrieron siempre de miopía crónica, no lograron ver más allá de sus propias cosmovisiones. Quisieron siempre gobernar imponiendo totalitarismos centralistas raciales, culturales y regionales. Necesitamos, por el contrario, un liderazgo patriótico con grandeza de espíritu, que busque, por encima del interés particular, el bienestar de la nación en su conjunto. Un liderazgo que nos haga sentir bolivianos a todos, ‘un liderazgo integrador’. Lo contrario llevará a la destrucción segura de la patria. ¡No lo dude!
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