6/02/2006

Un proyecto siderúrgico que activará la frontera

La frontera, como se denomina a la región conformada por Puerto Suárez, Puerto Quijarro, Arroyo Concepción y El Carmen Rivero Tórrez, espera expectante el inicio de las obras para la planta siderúrgica que refinará las reservas de hierro de Mutún, porque activará el polo industrial que tanto anhela.

Será el mayor emprendimiento minero en el oriente de Bolivia, y uno de los más grandes en Latinoamérica pues supondrá explotar la séptima reserva de hierro en el mundo, comentaron expertos consultados sobre el tema.
Según antecedentes de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y de estudiosos del asunto, Mutún está ubicado al sureste de Bolivia, en la provincia Germán Busch, a 27 kilómetros de Puerto Suárez en un área donde hay colinas cuya altitud varía entre 200 y 800 metros y que colinda con el macizo de Urucum, en Brasil, que es otro gran yacimiento de hierro en explotación. Sus reservas ascienden a 40.205 millones de toneladas de hierro en forma de hematita principalmente, magnetita y siderita, y mineral de manganeso.

El yacimiento fue descubierto en 1848, pero es a partir de 1956 que se realizan los primeros estudios para su explotación a través de Comibol y Geobol. En 1993 la Empresa Metalúrgica del Oriente, como parte de la Comibol, explotó 350.000 toneladas de concentrados destinados a metalúrgicas de Paraguay y Argentina pero tuvo que suspender sus actividades por la falta de tecnología y energía para optimizar la explotación y por dificultades de transporte. Posteriormente el Gobierno contrató al consorcio DMT-Panamerican, como asesor en un proceso de participación del sector privado en el proyecto minero siderúrgico Mutún, su trabajo generó la licitación internacional de explotación del yacimiento, que contemplaba la explotación, industrialización y transporte del mineral, incluyendo el empleo de gas natural o carbón vegetal.

Sin embargo, dicho proceso se paralizó, pues las empresas interesadas consideraron poco viable la realización de los tres proyectos, esto es, explotación, instalación de una industria siderúrgica y construcción de la infraestructura vial hasta Puerto Busch, debido a los bajos costos del hierro en esa época. Por eso Mutún permaneció inactivo hasta el año pasado cuando la demanda de hierro y acero se multiplicó al igual que su precio que, según previsiones del mercado financiero, continuará en ascenso.

Con ese panorama, en la gestión del Gobierno de Carlos Mesa, se lanzó la nueva licitación que debió ser postergada porque en el pliego que se elaboró, se detectaron falencias técnicas y económicas perjudiciales para el país. También se evidenció intentos de beneficiar a una siderúrgica brasileña que inició obras antes de la adjudicación.Salvadas las observaciones el proyecto tomó cuerpo y la firma Jindall Steel & Power ganó ayer la licitación.

El hierro de Mutún es una bendición
Sergio Justiniano / Ingeniero geólogo
No habrá un proyecto industrial más grande en este siglo en Bolivia que Mutún.Actualmente por un millón de BTU de gas podemos obtener, en el mejor de los casos, de $us 5 a $us 6, pero por la tonelada de concentrado de mineral de hierro, en el peor de los casos, obtendremos $us 50.

La siderurgia es la madre de las industrias porque todo se mueve a base del acero, y no es una exageración.Bajará los costos de producción de toda la metalmecánica y repercutirá en todo.Tendrá efecto multiplicador hacia atrás, pues habrá un sinfín de proveedores que posibilitarán que se mueva la industria en la zona, y también hacia futuro, porque se levantarán fábricas que dependerán del acero de Mutún.No esperamos grandes fábricas como las de Japón, por ejemplo, donde requieren ese material para fabricar motorizados, barcos, aviones y otros, pero sí que existan factorías para hacer machetes, calaminas, clavos, chatas, lo cual es suficiente.

Además, cabe resaltar que el costo para el sector de la construcción bajará de un 40 a un 60%.
El hierro de Mutún es una bendición de Dios porque es una materia prima que tiene una concentración del 65%. Para ejemplificar esta ventaja, en EEUU procesan las taconitas con una concentración de menos del 30%, que después de varias operaciones costosas llegan al 60% para entrar recién en el proceso de siderúrgica.

Fuente: El Deber

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